Meyer Sound Constellation – El Rady Shell, en Jacobs Park, es una nueva e impactante adición al horizonte de San Diego (California). El gran tamaño de la estructura situada junto a la bahía —17 metros de altura y 28 metros de ancho— permite acoger grandes producciones y que los músicos de la Sinfónica de San Diego se escuchen y respondan entre sí tan bien como lo harían en una sala de conciertos de primer nivel. Para crear un entorno acústico óptimo, que pueda ajustarse a los distintos tipos de eventos, se ha instalado un sistema acústico Meyer Sound Constellation®, el primero que se diseña para un escenario al aire libre.
Los ensayos previos a la inauguración y los conciertos en línea han suscitado respuestas muy favorables de directores de orquesta. “El sonido en el escenario es increíble —declaró el director musical de la Sinfónica de San Diego, Rafael Payare, al periodista George Varga de The San Diego Union-Tribune—. Nos oímos de maravilla y te sientes como si estuvieras en una de las mejores salas de conciertos del mundo”.
Equipar la estructura con un sistema de acústica activa para la monitorización fue muy recomendado por Shawn Murphy, mezclador de bandas sonoras, ganador de un Oscar e ingeniero FOH frecuente en eventos orquestales al aire libre de alto nivel, que actuó como asesor especial de la sinfónica. El equipo Constellation de Meyer Sound diseñó el sistema y la acústica física complementaria se confió a Salter, consultora acústica y audiovisual del proyecto.
Dado que muchas de las actuaciones en el recinto —sobre todo las de pop o rock con equipo amplificado— no utilizarían el sistema Constellation, el equipo de Salter recibió un doble encargo: diseñar una acústica de base que sirviera de apoyo a Constellation, pero que también proporcionara un buen ambiente cuando Constellation estuviera apagado.
“En cuanto a la acústica dentro de la concha, es bastante similar a la de un gran escenario de Hollywood —dice el vicepresidente de Salter, Jason Duty—. Tiene una mezcla de elementos difusores y absorbentes, pero poca reflexión a través del escenario porque de eso se encarga Constellation. No queríamos que fuera totalmente seco, ya que querían que el escenario tuviera un poco de vida cuando el sistema estuviera apagado. Entendimos perfectamente lo que buscaba el equipo de Constellation”.
Para Duty, el tamaño de la estructura de la concha, su ubicación y la variedad de estilos musicales que iba a acoger hicieron que la acústica activa fuera la solución preferida. “Constellation es increíblemente útil en situaciones como esta. El local está justo en el puerto y tener el control para que los músicos escuchen claramente a sus compañeros del otro lado del escenario es beneficioso”.
Tal y como está instalado, el sistema Constellation consta de 25 altavoces UPM-1XP™ y 22 UPJunior-XP™, con 12 subgraves UMS-1XP™ para ampliar la envolvente de reverberación hasta los registros más bajos. El DSP para controlar el sistema se suministra mediante una plataforma de audio digital D-Mitri® de ocho módulos, con dos módulos dedicados a alojar el algoritmo acústico patentado VRAS. La detección del ambiente para la reverberación regenerativa la proporcionan 20 micrófonos Schoeps MK41 con preamplificadores CMC6. El integrador de sistemas del proyecto fue Solotech.
Para el director musical Payare, el resultado de toda la implementación técnica es sencillamente un mejor entorno para la interpretación musical. “Desde el primer ensayo que hicimos fue fantástico —dijo al Union-Tribune—. La concha tiene una calidad orgánica alucinante. Realmente puedes escuchar los balances del sonido y actuar como lo harías en una sala de conciertos, no en un lugar al aire libre”.
Gracias al famoso clima templado de San Diego, el nuevo recinto prevé acoger más de 100 conciertos y eventos al año, tanto de la sinfónica como de otras organizaciones y promotores. Aunque Constellation se instaló principalmente para la Sinfónica de San Diego, estará disponible, con la aprobación de la sinfónica, para su uso por parte de otros conjuntos de música clásica o acústica.
CRÉDITO FOTOS: Emil Kara