El Klangdom de Toggenburg: una experiencia inmersiva con 33 altavoces Genelec Smart IP

En pleno corazón de los Alpes suizos se encuentra Klangwelt Toggenburg, un complejo cultural donde arquitectura, naturaleza y sonido se entrelazan para ofrecer experiencias inmersivas únicas. Lo que comenzó hace dos décadas con Klangweg —un recorrido al aire libre con 27 instalaciones artísticas y sonoras— ha evolucionado hasta dar origen a nuevos espacios dedicados al sonido, entre ellos el Peter Roth Resonance Centre y su principal atracción: el Klangdom, el primer sound dome de Suiza equipado con tecnología Genelec Smart IP.

Este domo sonoro, concebido como un espacio dedicado exclusivamente a la escucha, combina diseño arquitectónico con ingeniería acústica de vanguardia. En su interior, los visitantes se sumergen en texturas y paisajes sonoros inspirados en la naturaleza de Toggenburg —desde cantos armónicos hasta paisajes de viento— a través de grabaciones 3D y composiciones espaciales diseñadas específicamente para este entorno.

Un proyecto liderado por Idee und Klang

El desarrollo del Klangdom estuvo a cargo de Idee und Klang, empresa suiza especializada en diseño sonoro, con una larga trayectoria de colaboración con Klangwelt. Según su Sound Sceneographer, Ramon De Marco, el proyecto representó un desafío tanto conceptual como técnico debido a la complejidad arquitectónica y acústica del recinto. Desde el inicio, el equipo especificó sistemas Genelec para garantizar calidad de estudio, precisión y fiabilidad en un entorno especialmente exigente.

Ubicado en la tercera planta del Peter Roth Resonance Centre, el Klangdom se abre a las vistas panorámicas del paisaje alpino suizo y funciona como una puerta de entrada al universo sonoro del Klanghaus. Su misión es guiar al visitante hacia la esencia del sonido: a veces meditativa, a veces ecológica o cultural.

Diseño acústico y arquitectura en tres anillos

El sistema se distribuye en tres anillos metálicos que sostienen los altavoces y generan un entorno auditivo tridimensional. Durante la instalación, el movimiento de los anillos y la limitada accesibilidad para cableado supusieron retos adicionales que exigieron una planificación meticulosa. El uso de altavoces Genelec Smart IP resultó determinante gracias a su diseño de conexión por un solo cable, ideal para superar las restricciones físicas del espacio.

En total, se instalaron treinta y tres altavoces Genelec 4430 Smart IP, distribuidos de la siguiente manera:

  • Ocho unidades en el anillo superior
  • Ocho unidades en el anillo inferior
  • Dieciséis unidades en un anillo central de mayor diámetro
  • Un altavoz adicional como “Voice of God” situado en la parte superior del domo

Arev Imer, ingeniero de audio freelance que participó en el diseño técnico, destaca las capacidades de red Dante y AES67 de los modelos 4430, claves para la flexibilidad del sistema.

Los altavoces se organizaron en pequeños hubs, cada uno encargado de una capa sonora concreta dentro de la composición espacial. A través de Dante Controller y Virtual Soundcard se gestionó la identificación y el ruteo de cada unidad, mientras que Smart IP Manager permitió ajustar la respuesta en frecuencia para optimizar el rendimiento del espacio.

Una experiencia inmersiva que evoluciona

Cada hora, los visitantes escuchan una introducción de 15 minutos —en dos versiones alternas— que combina un relato poético sobre el origen del sonido con grabaciones 3D y material de archivo. Una de las versiones se enfoca en paisajes sonoros y ecología acústica; la otra, en expresiones naturales como el canto de armónicos.

El sistema también está preparado para acoger composiciones espaciales, texturas generativas ambisónicas y obras creadas específicamente para el formato multicanal de 33 altavoces, ampliando las posibilidades creativas del espacio.

Un instrumento arquitectónico dedicado a la escucha

La integración de los altavoces Smart IP y el diseño del Klangdom generan un entorno inmersivo donde el sonido se convierte en protagonista absoluto. Según De Marco, la respuesta del público durante la inauguración confirmó la calidad y el impacto del sistema, recibiendo comentarios entusiastas tanto de visitantes como de profesionales del sector.

Para Imer, participar en un espacio público de escucha multicanal es “una oportunidad extraordinaria”, especialmente por su enfoque en la experiencia sensorial y la creación sonora. De Marco concluye destacando la filosofía del proyecto: un espacio libre de distracciones visuales donde la escucha se convierte en un acto colectivo y en un puente entre personas, cultura y entorno.

El Klangdom de Toggenburg: una experiencia inmersiva con 33 altavoces Genelec Smart IP